miércoles, 26 de septiembre de 2007

Por algo el mejor

No se tiene que dar mucha vuelta para darse cuenta el porquè del tìtulo, como decìa un excelente amigo cada quien tiene que creersela para ser feliz y alcanzar lo que se desea.
Asì es, si a usted no le importa lo que digan los demàs, usted es lo suficientemente feliz para poder vivir este mundo de serrucha pisos y de malas pasadas.
La definiciòn se puede mal interpretar pero no quiero que pase, no soy engreìdo ni mucho menos, soy màs humilde que un campesino con chonete comiendose su burra debajo de la sombra de un "palo".
Nací en San José, pero crecí en el lugar más pacifico y lindo del país, Orotina, sitio donde con la compañia de mi madre y mi hermana aprendi a alcanzar mis ideales y darme cuenta que todo en esta vida cuesta y que nada es regalado.
Con mucho esmero, mi madre, educadora de toda la vida, pero no cualquiera, la "mejor", me enseñò lo bueno y lo malo de la vida, cuales pasos tenia que seguir y en cuales no me tenía que tropezar, me inculcó valores que espero mantener en todo mi camino, pero sobre todo me demostró que nadie era indispensable.
Crecí jugando "bola" descalzo en la calle, corriendo por todo el pueblo sin miedo a que me atropellara un carro, escapandome al río cuando se presentaba la oportunidad, montando en bicicleta sin temor a que me la robaran y estudiando por las mañanas en una gran escuela.
Cuando estaba empezando mi escuela no existian escuelas privadas, solo había una, "la mejor", la escuela lìder Primo Vargas Valverde, allí donde ibamos todos; ricos, pobres, negros, blancos, feos, bonitos, necios, complacientes, "agrandados", tímidos. Todos formabamos la escuela y no como ahora que existe una gran distinción en el rango escolar debido al margen que hay entre lo privado y lo público.
Mis calificaciones envidiables, dignas de un gran estudiante, "el mejor", nunca baje de 98 en la escuela, en ocasiones eran tan buenos mis resultados en los examenes que yo me preguntaba porque no existia una nota superior al cien.
Pase al colegio, igualmente seguí la línea del exito y mis calificaciones a pesar de ser un grado màs elevado seguieron excelentes, ya no tan buenas como en la escuela pero si muy aceptables.
La época colegial se marcò un poco con la llegada de un colegio privado al cantón, el mismo vino a crear una gran brecha que hoy día se expande y crea una gran distinción entre los muchachos y muchachas orotinenses. Esto porque los del privada se creen màs que los del público.
Pero puedo dar fé que eso no es así nadie es más que nadie, solo yo soy una excepciòn, "el mejor sin lugar a dudas".
Finalicé el colegio sin necesidad de ir a como les llaman: los penales, y sin necesidad de llorar puntos, más bien recibía constantes felicitaciones que me agradaban mucho y me hacían creer en lo que estaba empezando a construir con mis propias herramientas.
Esas mismas herramientas: el cuaderno y el lápiz me impulsaron a llegar a la Universidad.
Universidad de Costa Rica, para muchos el "mejor" centro de enseñanza superior del país, para mí una gran universidad. Me decidí a ingresar a estudiar en la sede del pacífico, en Puntarenas, lugar que no deja estudiar a los alumnos por sus constantes fiestas y su insoportable calor; eso sin tomar en consideración las pésimas condiciones en las que en ocasiones se recibian clases.
La verdad un bochorno, y quienes logran salir adelante en esa "U" son los que no tienen otra opción o los que nacieron en la bella perla del pacífico; que para mi bello no tiene ni el nombre.
Luché, batallé y como decimos los jóvenes la pulseé un montón, pero solo aguanté un año. 2003, tiempo que pedir porque no estaba estudiando lo que quería.
Al iniciar el 2004 levanté la cabeza y me decidí a estudiar lo que a mi me gusta, "El Periodismo", pero para eso tenía que venirme para un lugar igual de feo pero sin el calor del puerto, a San José.
Por dicha vivo en un lugar bonito (Heredia), más tranquilo, sin menos violencia y un lugar donde se camina mejor que en la mayoría de los sitios de "Chepe".
Mi carrera duraba 2 años y 8 meses, tiempo exacto en que la terminé, gracias al de arriba nunca perdí ningún curso y mis calificaciones continuaron siendo buenas.
Hasta el momento que me vine para la capital empezé a conocer gente de todo tipo y eso me hizo darme cuanta aún más que debía continuar haciendo o qué debía cambiar. Las fiestas se acentuaron, igual que el estudio y aprendí a distinguir que era lo que en realidad quería.
Cuando estaba terminando la carrera de Bachiller, me dieron ganas de saber lo que era trabajar, además quería dejar de "darle por la jupa" a mi esplendorosa madre, la misma que cumplía todos mis deseos.
Empezé a trabajar orgullosamente en Credomatic como un simple ejecutivo de Televentas, puesto que me ayudó mucho a desenvolverme interpersonalmente y a empezar a tener mis propias cosas, dentro de las cuales he alcanzado mi máxima adquisición: mi carro.
Él es mi compañero, lo amo, lo adoro y lo es casi todo para mí. Sin tomar en cuenta que es quién me soporta todos los días y me lleva donde yo quiero.
Gracias a él ya no tengo que preocuparme por correr por un bus o porque tengo que andar un bolso muy grande con todos mis implementos universitarios.
Todos los días me traslada al trabajo y ahora también me lleva a la Universidad donde hace 3 semanas inicié mi licenciatura, l cual espero concluirla con grandes promedios.
No me hace falta, tengo trabajo, hogar, una gran familia, salud pero sobre todo mis pies en la tierra y a Dios en mi corazón.